Como si de padres se tratase
El
ser padres va más allá de tener lazos sanguíneos con un niño, implica amar,
proteger, enseñar y proveer para ese niño. Esto es lo que buscan las
fundaciones que trabajan en el campo de la adopción, pero el Servicio Nacional
de Menores de Chile (SENAME) se ha visto envuelto en casos que se consideran
contraproducentes respecto a esa meta. La controversia de tales casos ha
abierto el debate en cuanto a la efectividad del programa de padres guardadores
que posee actualmente esta institución.
José
Luis Paredes es un carabinero que decidió ser un padre guardador, es decir,
darle acogida en su hogar a un niño en proceso de adopción por un tiempo que
lamentablemente no está determinado. En esta calidad se les entregó a una niña
de 9 meses, a la cual ellos nombraron como Monserrat. Esta familia cumplió con
su cometido al dar todos los cuidados que un niño merecía, tal como si esta
fuera su hija, pero inevitablemente se comenzó a crear un lazo y un apego que
según las condiciones para ser un padre cuidador no corresponde, pero que les
fue imposible cumplir debido al prolongado tiempo que paso Monserrat junto a
ellos.
Darle
un hogar a un niño desde edades muy tempranas sin crear un vínculo requiere de
personas que tengan una mentalidad altruista muy grande, que estén conscientes
de su calidad de guardador y evidentemente tener las aptitudes necesarias para
ejercer un cargo tan influyente en la vida de un niño. Es en este sentido es
imposible criar a un menor y no crear este tipo de lazos paternales, sin
importan el tiempo que se pase con él, pero evidentemente este se hace aún más
fuerte pasado el tiempo. Por tal razón se considera necesario controlar de una
manera eficiente el periodo de estadía estos hogares temporales, para evitar
tanto el sufrimiento de la familia la cual le abrió las puertas de su hogar,
como el del niño quien pasa a ver paulatinamente a estos padres esporádicos
como sus padres definitivos.
La vinculación con el menor puede hacer
que los padres, que en primera instancia solo estaban considerados para acercar
al niño a un contexto de familia, despierte un deseo natural de querer
conservarlo, es decir, iniciar un proceso de adopción para hacer de ese el
hogar definitivo del infante. No obstante, el SENAME impide este asunto a las
familias guardadoras con respecto a los menores a su cuidado, ya que es una
condición al momento de presentar la solicitud de ser padres guardadores.
Este
último punto lleva a la falta de control que existe dentro de las
organizaciones a cargo de este proceso, ya que al no fiscalizar el tiempo de
permanencia del menor en estos hogares se deja pasar el tiempo y pon ende se
intensifican los lazos. Con ello nace el deseo profundo de iniciar el proceso
de adopción y es frente a este contexto por el cual José Luis Paredes decide
fugarse con Monserrat, desesperado por no poder quedarse con quien Él considera
como su hija legítimamente, ya que es el quien la cuidó y protegió como un
miembro más de su familia.
La
justicia es uno de los valores que se ve relacionado con el tema tratado. Por
una parte, no es justo ni prudente que la institución del SENAME exponga a
familias sin preparación psicológica a una situación donde se pone en riesgo la
salud emocional tanto de los padres como del menor, ya que debilita las
capacidades del niño de establecer relaciones afectivas con sus nuevos
cuidadores. Por otra parte, desde el punto de vista legal, no es justo que los
padres guardadores pasen por alto el acuerdo que fue estipulado en un comienzo
de su proceso como cuidador de un infante. Si bien, los lazos afectivos son más
fuertes que cualquier compromiso legal no es una excusa justificada para tomar
la justicia por sus propias manos, como lo hizo el carabinero. Por lo tanto, es
necesario que se evalúen estos detalles para que se modifiquen los estatutos
que rigen a los padres guardadores, así como los requisitos de sus postulantes.
Esta
controversia es una prueba de la deficiencia del programa de padres guardadores
del SENAME. En primer lugar, la falta de exigencia que se tiene para escoger a
los que serán padres guardadores es la principal causante del problema
planteado, ya que no se cercioran del estado emocional y psicológico de la
familia en cuestión. En segundo lugar, se pueden establecer plazos prudentes
que eviten formar lazos que perjudiquen el proceso. Sin embargo, ¿Cumple esta
medida el principio de beneficencia hacia los menores? El objetivo del programa
de adopción del SENAME es encontrar una familia para el niño, pero con todo
este mal proceso de padres guardadores lo único que se está logrando es la
distorsión del concepto de familia en el infante y en el camino destruir las
esperanzas de padres que han creado lazos legítimos con sus protegidos.
Finalmente ¿es justo separar a esta familia?
Interesante el tema que decidieron abordar, ya que frente a este se producen problemas, como bien plantearon al final de la publicación, de crear lazos afectivos entre el menor y la familia transitoria.
ResponderEliminarFelicitaciones, y los invita a pasar por el blog de mi grupo http://kalanidhifono.blogspot.com/
Que interesante tema. Temas como estos deben ser expuesto con mayor frecuencias debido a que la Chile ya que existen mucho prejuicio y rechazo con respecto al tema.
ResponderEliminarFelicidades.
Muy buen tema, quizás si el proceso de adopción no fuera tan extenso y tedioso, no habría ni siquiera necesidad de utilizar el recurso tan controversial de los padres guardadores.
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