Ser fonoaudiólogo
Un
fonoaudiólogo necesita más que los conocimientos teóricos y procedimentales para
realizar una terapia eficiente. La actividad terapéutica consiste en establecer
una relación entre el profesional y el paciente, la cual permita crear la
confianza necesaria para obtener un enriquecimiento bidireccional. Es en este
principio que nos basaremos para entregar una visión grupal de las competencias
que el profesional fonoaudiólogo debe poseer, con el fin de desarrollar un
trabajo de calidad para con el paciente.
Como
fonoaudiólogo, es importante el desarrollo de distintos valores que deben estar
presentes en nuestra labor diaria, siendo el compromiso, a nuestro parecer, uno
de los más importantes. Compromiso con el paciente, con su condición, con su
rehabilitación, estar ahí para él, pues eso es lo que espera de nosotros. Es por esto que no podemos dejar de lado tampoco
el ser empáticos con las personas con las que debemos compartir, ya que no
sabemos cuándo una persona pueda sentirse vulnerada o pasada a llevar durante
el proceso del trabajo. Es necesario generar un vínculo con todo niño y adulto,
con cada persona y nunca olvidar que tratamos con una persona, la normalización
del trabajo no sirve de nada pues nunca tendremos dos personas iguales en
frente, toda persona tendrá condiciones diferentes, costumbres, hábitos y
realidades distintas. Nuestra labor es ser capaces de interactuar con aquellas
realidades y respetarlas a la misma vez que intentamos crear este vínculo
paciente/terapeuta, propiciando el verdadero sentido de nuestro trabajo, ser
una persona que convive y ayuda a otra.
Un
fonoaudiólogo, además, debe estar consciente de la
responsabilidad que tiene su labor como terapeuta, ya que trata con seres
humanos que poseen derechos. Esta responsabilidad se verá expresada,
principalmente, al velar por el bienestar de los pacientes, en otorgarles la mejor
terapia factible y al poner todo el esfuerzo posible en hacer que su
recuperación sea más satisfactoria, tanto para el fonoaudiólogo, como para
ellos, ya que ambos se verán más beneficiados con este trabajo. Finalmente, la
responsabilidad debe estar influenciada, principalmente, por el sentido ético
individual y por la ética profesional, las cuales dictan los parámetros
necesarios para modular el actuar frente a situaciones conflictivas, tanto como
persona, como un profesional Fonoaudiólogo.
Como
conclusión podemos decir que nosotros como fonoaudiólogos más que brindarle al
paciente la mejora a su situación, debemos ser seres integrales que pueda
manejar diferentes circunstancias y actuar con distintos roles, ya que al ser
otra persona la que está requiriendo de nuestra ayuda, a lo largo de todo el
camino de la rehabilitación necesitara que lo guiemos, es por esto que se
necesita crear un lazo estrecho con él para que la confianza surja y la
rehabilitación sea mucho más eficiente y llevadera.
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